Algunas de las grandes corporaciones, a pesar de la pandemia que atraviesa el mundo, han logrado seguir sus operaciones gracias a estrategias claras y definidas. En el siguiente artículo explicaremos como una gran amenaza puedes convertir en oportunidad y ganar la guerra de COVID-19.
A lo largo de la historia, la guerra ha marcado a las sociedades, unificándolas en el modo de lucha o huida. Los países concentran sus recursos de manera exponencial en comparación con las actividades en tiempos de paz.
En la actualidad estamos librando una guerra con un adversario invisible, COVID-19. Como en tiempos anteriores observamos que la guerra acelera la tecnología y la innovación.
Las organizaciones progresistas se están armando con tecnologías digitales establecidas y de vanguardia para vencer la amenaza, mantener a los empleados seguros y continuar las operaciones comerciales.
Durante siglos, los inventores han buscado armas secretas para derrotar a los invasores. Esto ha estimulado la innovación y muchas de estas tecnologías tienen beneficios comerciales en la era moderna, por ejemplo se desarrollaron grandes herramientas como el sistema de radar o el sistema que se convirtió en la base de Internet, la columna vertebral de la infraestructura comercial de nuestro siglo XXI.
En la guerra, las tácticas siguen a la tecnología y pueden ser lentas para actualizarse o incorporarse en las organizaciones. Durante la Primera Guerra Mundial, los generales continuaron ordenando a sus tropas a los asaltos frontales de antaño, solo para caer sin sentido ante los disparos de ametralladoras, una nueva tecnología. Sólo cuando se dieron cuenta de bajas espantosas cambiaron las tácticas. Es por esto que su organización debe tener un plan y marco de trabajo establecido para incorporar nuevas herramientas o tecnologías acompañado de su implementación, para no fracasar o generar más problemas en su organización.
La revolución primordial que estamos viviendo es la digitalización acelerada de la empresa, lo que nos ha permitido seguir adelante con las operaciones comerciales mientras estamos socialmente distantes, pero si las tácticas siguen a la tecnología, como en la guerra, nace una interrogante ¿cuál será el impacto en la cultura organizacional cuando el trabajo remoto se convierta en una norma? Sin proximidad, el valor de la interacción física diaria, esas reuniones espontáneas que generan ideas innovadoras, ¡desaparecen! Estas interacciones son elementos de la cultura y la operativa de una organización saludable.
Las empresas que incorporen la política de trabajo remoto, deben considerar las implicaciones para la cultura corporativa. Los equipos interdisciplinarios con competencia en transformación digital y desarrollo organizacional son la respuesta para enfrentar este desafío a la cultura corporativa. El lugar de trabajo digital está aquí para quedarse, y es un momento de «adopción o muerte» para las empresas de todo el mundo a medida que emergen de la guerra contra COVID-19.